El supervisor contribuye al éxito del equipo: el trabajo exige previsión y conocimiento humano

En el taller de Best-Hall se sueldan pieza a pieza las nuevas naves, y el trabajo de cada persona influye en el éxito de la siguiente fase. Según el supervisor Teppo Isokangas, el equipo encargado de las naves está unido por una fuerte ética laboral: todos quieren hacer bien su trabajo, ayudan a sus compañeros y existe una fuerte confianza en el propio equipo.

Teppo Isokangas, supervisor de Best-Hall, es responsable de la producción del taller y de la programación de la carga finita. La carga finita implica el reparto de las tareas de los proyectos en distintos puntos de trabajo, de modo que la fabricación de las naves avance de forma eficiente de un punto a otro.

«Todas las mañanas compruebo que se hayan reservado los recursos suficientes para los proyectos de las naves y que dichos proyectos avancen en el plazo previsto por las distintas líneas hacia la fase de pintura», explica Isokangas.

Las tareas del supervisor también incluyen el control de calidad, el cálculo de obras y los pedidos de material. Hay trabajo de sobra, pues en la sección de soldadura suele haber cinco o seis proyectos de naves en marcha al mismo tiempo.

«Para mí es adecuado porque me gusta trabajar bajo presión. La frenética rutina me ha enseñado a anticiparme a las futuras fases de trabajo y a pensar a largo plazo. Cada día se presentan nuevas dificultades que tengo que solucionar, y eso hace el trabajo interesante».

T. Isokangas

El bienestar del personal es lo más importante

En el taller de Best-Hall trabajan un total de 45 personas, diez de las cuales forman parte del equipo que dirige Isokangas. Como supervisor, Isokangas cree en la transparencia y en una gestión justa.

«Quiero ayudar a cada persona a ofrecer lo mejor de sí misma. Tanto en mi vida privada como en el trabajo soy una persona muy sociable, por lo que resulta fácil hablar conmigo, y eso también favorece el trabajo como supervisor».

En opinión de Isokangas, fomentar el bienestar del personal es una de las tareas más importantes de un supervisor. Quiere tener en cuenta a cada trabajador de forma individual.

«A veces conviene hablar de otras cosas que no sean las tareas del día. Una persona no es una mera máquina que realiza un trabajo, sino que todos tenemos una vida fuera de la empresa y podemos hablar de ella también en el trabajo».

 

Las tareas se reparten teniendo en cuenta los puntos fuertes

Isokangas ha trabajado anteriormente, entre otros, como supervisor de HUR, un fabricante de máquinas de ejercicio. Ahora tiene a sus espaldas más de tres años de trabajo como supervisor del taller de Best-Hall.

«No había oído más que cosas buenas sobre Best-Hall, y en la entrevista de trabajo quedó confirmado el ambiente agradable de la empresa. Durante estos años de trabajo, la buena imagen ha demostrado ser auténtica. Desde el principio pude influir en la buena ética laboral de los trabajadores, gracias a la cual nuestra eficacia se encuentra a un alto nivel».

Según Isokangas, lo mejor del trabajo es el buen compañerismo y la libertad de trabajar de la forma que consideren más adecuada.

«Somos tres supervisores en el taller y podemos hacer la distribución del trabajo de forma que cada uno se ocupe del área que constituya su punto fuerte. Mis puntos fuertes son la sociabilidad y el enfoque proactivo del trabajo. Soy capaz de anticiparme a las distintas fases de las tareas del proyecto, encargarme de varios proyectos al mismo tiempo y dirigir el trabajo de los equipos de modo que avancen con fluidez».